Centenares de rescatistas buscaban ayer el fuselaje del avión militar chileno estrellado cerca del archipiélago Juan Fernández, con la esperanza de encontrar allí los cuerpos de 17 de las 21 víctimas, incluido el del animador estrella de la televisión chilena Felipe Camiroaga. Pero algo alejado de esas expectativas, el presidente Sebastián Piñera evaluó ayer la posibilidad de que no se los pueda encontrar. “Vamos a hacer todo lo humanamente posible para hallar los cuerpos, aunque n o podemos garantizar 100% de éxito ”, señaló con tono serio, antes de decretar dos días de duelo para hoy y mañana.
“El no encontrar más cuerpos hasta esta hora nos lleva a pensar que el resto está junto con el fuselaje ”, dijo el secretario general de la Fuerza Aérea, general Maximiliano Larraechea. En discurso menos cauteloso que el de Piñera, insistió que la búsqueda proseguirá “hasta encontrar a cada uno”.
El ministro de Defensa Andrés Allamand, desde el archipiélago Juan Fernández, 670 kilómetros al oeste del continente, reforzó la hipótesis de que los restos están en el fuselaje y que si lo hallan tendrán “más posibilidades de dar con los cuerpos de las víctimas’’.
El rastreo se concentra en un área de 20 kilómetros cuadrados en la parte sur de la isla Robinson Crusoe, cerca de la pista de aterrizaje. En la madrugada de ayer se realizó un mapeo del fondo marino para dar con las partes que faltan del avión CASA 212.
Tras el accidente se desplegó una intensa búsqueda con aeronaves, buques y los mejores especialistas en rescate de las tres fuerzas armadas en la que también participan pescadores de la isla Robinson Crusoe, en cuyas costas cayó el avión militar.
Durante esos operativos, el sábado fueron encontrados los cuerpos de cuatro de las víctimas del accidente ocurrido el viernes: dos periodistas de Televisión Nacional TVN, un cabo de la Fuerza Aérea y una funcionaria del Ministerio de Cultura. Esos cuerpos fueron encontrados flotando en el mar y luego llevados a la morgue judicial de Santiago para identificarlos y entregarlos a sus familias. Todos fueron velados ayer en multitudinarios oficios religiosos.
Mientras tanto, las autoridades seguían en el archipiélago Juan Fernández con la búsqueda y sostenían que no habían encontrado más víctimas. Pero en una entrevista con la radio Cooperativa uno de los isleños que había participado del rescate declaró que “se rescató la planta de popa del avión, elementos de camarógrafos y restos humanos’’ .
Las víctimas eran un equipo de cinco personas de TVN lideradas por Camiroaga, seis voluntarios de la Fundación Desafío Levantemos Chile encabezados por el empresario Felipe Cubillos, dos funcionarias del Ministerio de Cultura, dos miembros de comunicaciones de la Fuerza Aérea, incluido un periodista, y seis tripulantes.
La fuerte conmoción por lo que pasó se amplificó porque Camiroaga, de 44 años, e ra una de las personas más destacadas de la televisión chilena.
Viajaba en el avión de la tragedia porque iba a realizar una serie de notas sobre la reconstrucción en la isla Robinson Crusoe, cuyo poblado fue azotado por el tsunami que siguió al terremoto de febrero de 2010. Cubillos creó la fundación y colaboró con los pescadores afectados por el cataclismo y levantó escuelas y viviendas en el archipiélago.
Los lazos de Camiroaga con el archipiélago datan de su juventud, cuando veraneaba en la isla Robinson Crusoe. El animador condujo por 20 años el programa matinal de TVN “Buenos Días a Todos” y el estelar “Animal Nocturno”. También fue el conductor principal del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en 2009 y 2010 y además tuvo varios otros programas con menos suceso.
La muerte de Camiroaga impactó al país. Hasta las oficinas de TVN acudieron miles de personas desde el viernes, muchas de las cuales permanecieron horas bajo la fuerte lluvia caída ayer en Santiago, para firmar los libros de condolencias abiertos por TVN, que lleva más de 48 horas de transmisión ininterrumpida.
Esta es la tercera gran tragedia que afecta al país en 18 meses : luego del terremoto y el maremoto de febrero del año pasado, que provocó la muerte de 500 personas, 33 mineros de San José permanecieron sepultados vivos 69 días a 700 metros de profundidad y milagrosamente fueron rescatados con vida.
Fuente: Clarín
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