El comandante del avión se va al baño. Al regresar, el copiloto trata de abrirle la puerta de la cabina, pero aprieta el botón equivocado, y el avión se pone boca abajo y cae 1.400 metros en 30 segundos.
¿Una escena de un 'remake' de 'Aterriza como puedas'? Desgraciadamente, todo lo contrario. Eso es lo que le pasó el 6 de septiembre a un avión Boeing 737-700 de la aerolínea japonesa ANA (All Nippon Airways) con 117 personas a bordo. Ocho de ellas sufrieron heridas de poca consideración o se pusieron enfermas. Paradójicamente, sin embargo, la peor molestia para la mayor parte del pasaje fue simplemente el retraso de tres horas que sufrió el vuelo como consecuencia del incidente. El aparato hacía la ruta desde la isla de Okinawa, entre Japón y Taiwan, a Tokio.
Los pasajeros fueron afortunados, porque el avión no sólo estuvo en peligro de estrellarse sino que, según los reguladores del transporte aéreo nipón, los bruscos movimientos pusieron su estructura bajo presiones para las que no estaba preparado. En otras palabras: existió el riesgo de que la nave se partiera. Finalmente, sin embargo, la aeronave recuperó su estabilidad. A lo largo de esos 30 segundos, cayó de los 12.500 a los 10.570 metros de altitud.
Fuente: El Mundo.es (España)
Autor: Pablo Pardo
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