Las aerolíneas que operan con los aviones A380 de Airbus, el avión de pasajeros más grande del mundo, deberán reforzar las inspecciones de estos aparatos por orden de la autoridad de seguridad aérea europea. Esta decisión responde a la aparición de grietas en las alas de 20 de los 68 aviones A380 que hay actualmente en servicio, según ha confirmado desde Colonia el portavoz del supervisor, Dominique Fouda.
Airbus, el mayor fabricante del mundo de aviones de pasajeros por delante de la estadounidense Boeing, ha atribuido las grietas al proceso de fijación de las alas a la cabina. Las reparaciones, según ha explicado la filial del gigante europeo de la aeronáutica EADS, se prolongan apenas durante cinco días por cada aparato.
Para evitar que este problema se repita en un futuro, Airbus ha avanzado que empleará materiales distintos a los actuales (las alas son de una aleación de aluminio) y un nuevo sistema de pegado. Las grietas, tal y como sostiene el fabricante, se limitan a las costillas externas de las alas y no afectan a la seguridad de los vuelos. Su tamaño es pequeño y resulta difícil apreciarlas a simple vista.
La aerolínea que detectó estos fallos fue la australiana Qantas en una inspección motivada por un fallo de motor. Singapur Airlines, que fue quien puso el primer A380 en el aire en 2007, también reparó algunos de sus aparatos y ya los ha devuelto al servicio.
Cuando se empezó a hablar de estas grietas en 2011, Airbus recomendó a las aerolíneas proceder a su reparación en las inspecciones que de forma preceptiva se realizan cada cuatro años dado que no suponían riesgos para su funcionamiento.
No obstante, ya que las fisuras que se detectaban eran cada vez más grandes y también se localizaban en la parte central del ala, las autoridades abrieron un expediente sobre el caso. Esta primera investigación concluyó con la orden de inspeccionar 20 aviones A380, actuaciones que ya se están llevando a cabo, pero que que hoy ha sido revisada.
Las grietas están provocadas por la elección de una aleación de aluminio menos flexible para las alas que para las sujecciones, lo que estresa los materiales. En esencia, pone de relieve los problemas que está teniendo la industria para hacer usar nuevos materiales tecnológicamente más avanzados con vistas a fabricar aparatos más eficientes energéticamente.
De hecho, Boeing también ha tenido problemas en su nuevo 787 Dreamliner con el laminado de carbono, aunque en su caso también es una reparación menor y no afecta a todos los aviones. Sin embargo, arroja más dudas sobre el ya muy ajustado calendario de entregas de estos aparatos, llamados a ser el principal competidor del A380 aunque el primero solo puede transportar a la mitad de pasajeros que el europeo, cuya capacidad llega a 400 personas. A cambio, gasta mucho menos combustible.
En cualquier caso, los inversores han reaccionado a ambas noticias vendiendo sus acciones en las últimas jornadas, aunque hoy Boeing ha puesto fin a los descensos y ha subido levemente. El problemas de las fisuras, asismismo, llega en plena puga entre ambas compañías, aunque la victoria hoy por hoy se decanta del lado europeo.
Airbus entregó el pasado año un total de 534 aviones, lo que supone un incremento de casi el 5% si se compara con los que produjo en 2010. La cifra es, además, un 12% superior a la de Boeing, que entregó 477 aparatos. El consorcio europeo obtuvo este récord tras engrosar una cartera de pedidos de 1.419 aviones, con los que marca un nuevo listón para la industria. De ellos, 253 son A380, la mayor parte de los cuales han sido encargados por Emirates, que ya tiene una veintena en servicio.
España tiene una participación del 5,44% en el capital de EADS a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El Estado francés controla el 15%, la compañía francesa Lagardère un 7,5% y la alemana Daimler otro 22,5%.
Fuente: El País (España)
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