Boeing Co. ha propuesto una serie de modificaciones al diseño de las baterías que cree que minimizarán los riesgos de que se incendien en sus 787 Dreamliner, aseguran representantes del gobierno estadounidense y la industria al tanto del asunto. Los cambios también permitirían que los aviones vuelvan a volar mientras se continúa buscando una solución a largo plazo.
La compañía está evaluando aumentar la separación entre las celdas en las baterías de iones de litio para reducir el peligro de altas temperaturas o incendios que se puedan propagar dentro de los dispositivos y añadir sensores de calor mejorados, indicaron estas fuentes. El fabricante estadounidense también estudia maneras de mantener más rígidas las celdas, para evitar que se muevan bajo ciertas condiciones e interfieran con el sistema electrónico de los aviones.
El objetivo sería crear una batería más segura que Boeing podría proponer para los 50 Dreamliner que actualmente están en tierra en todo el mundo, y para futuras entregas, indicaron estas personas.
Cualquier cambio requiere de la aprobación de los reguladores de Estados Unidos y Japón, que están investigando dos incidentes que tuvieron lugar el mes pasado cuando se incendiaron las baterías en los 787 de dos aerolíneas japonesas. Todavía no se sabe si las autoridades aceptarán una solución a largo plazo que no aborde de raíz el problema que causó esos incidentes. En sus conversaciones con Boeing, representantes de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. han insistido en que las soluciones temporales deben mejorar el tiempo de advertencia cuando las baterías empiezan a fallar y mitigar de manera más eficaz los riesgos de que cualquier parte del sistema pueda averiarse, según fuentes cercanas.
La FAA no quiso hacer comentarios al respecto. El organismo también está evaluando una solicitud de Boeing para llevar a cabo vuelos de prueba con sus propios Dreamliner. Se prevé que apruebe el pedido en breve, según funcionarios de EE.UU.
Boeing y GS Yuasa Corp., el fabricante japonés de las baterías, no quisieron hacer comentarios sobre los posibles cambios de diseño. Un vocero de Boeing dijo que "cientos de expertos técnicos e ingenieros están trabajando todo el día con el único objetivo de resolver el problema y hacer que la flota de 787 vuelva a volar. Todos están trabajando para dar con la respuesta lo más pronto posible y se está haciendo un buen progreso".
Si Boeing lograse el visto bueno para los arreglos temporales, aliviaría parte de la incertidumbre que amenaza a su producto estrella. La empresa ha apostado gran parte de su futuro financiero al Dreamliner, que empezó a entregar a finales de 2011 después de tres años y medio de costosos retrasos y complicaciones. La compañía ha seguido ensamblando los aviones desde que la FAA emitió su orden el 16 de enero de mantener los Dreamliner en tierra. Sin embargo, no ha podido entregarlos a sus clientes, que generalmente pagan la mayor parte del precio de la aeronave —que tiene un precio de lista de unos US$200 millones— cuando la reciben. También es posible que tenga que pagar multas a los operadores mientras los aviones no puedan volar.
Los detalles técnicos de los posibles cambios a las dos baterías de iones de litio en cada 787 aún no se han finalizado ni han sido aprobados por los reguladores y todavía tienen que ser verificados por pruebas en el laboratorio y de vuelo, informaron autoridades al tanto. Una persona cercana a las deliberaciones dijo que las conversaciones continúan y los diseños propuestos siguen cambiando.
Ocho aerolíneas en el mundo con aviones Dreamliner en tierra están recibiendo informes regulares de Boeing, pero representantes de la industria describen cronogramas y versiones ligeramente diferentes de los potenciales cambios de diseño. Según algunos funcionarios al tanto, Boeing espera que las nuevas baterías estén listas para ser despachadas tan pronto como fines de febrero. En el mejor de los casos, según un ejecutivo de una aerolínea, eso significaría que los vuelos con pasajeros podrían reanudarse en marzo.
Cualquiera que sea el paquete final, representantes del sector y del gobierno dicen que los cambios no responderán el misterio pendiente de qué es lo que causó los incidentes en los 787 en enero.
Fuente: The Wall Street Journal Americas
Autores: Jon Ostrower / Andy Pasztor / Daniel Michaels
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