Japón alivió en el 2008 los estándares de seguridad para darle un impulso al Dreamliner 787, actualmente detenido en tierra, y al sector tecnológico japonés, acelerando el lanzamiento del histórico avión para las principales aerolíneas del país, según registros y participantes del proceso.
Las concesiones de un panel de asesores para el Ministerio de Transporte de Japón reflejaron las presiones de All Nippon Airways (ANA) y Japan Airlines (JAL) y una iniciativa en apoyo de firmas japonesas que suministran el 35 por ciento del 787, desde la fibra de carbono en sus alas a los sistemas electrónicos sofisticados y las baterías usadas para ahorrar combustible, dijeron a Reuters personas involucradas en las deliberaciones.
"Creo que los pedidos de cambios vinieron inicialmente de las aerolíneas. Al final, fue una discusión de medidas para bajar costos operativos para las aerolíneas", dijo Masatoshi Harigae, jefe de aviación de la Agencia de Exploración del Espacio Aéreo de Japón, uno de los asesores externos que instó a que se aliviaran los estándares.
No hay indicios de que el alivio de los estándares regulatorios contribuyeran a los problemas que enfrenta el Dreamliner, detenido en todo el mundo tras una serie de desperfectos, desde filtraciones de combustible al derretimiento de sus baterías.
Tampoco hay evidencias que sugieran que seguir con el mandato de inspecciones manuales más frecuentes previo al 2008 para las aeronaves nuevas, como el Boeing 787, hubiera agilizado el hallazgo de señales de los problemas.
El alivio de las regulaciones no abordó, en particular, el riesgo de que se incendien las poderosas baterías del Dreamliner, un riesgo que los investigadores de seguridad han estudiado en las últimas semanas.
Sin embargo, las medidas tomadas por la Oficina de Aviación Civil de Japón en el 2008 subrayan cómo los fuertes lazos comerciales entre Boeing y sus proveedores japoneses y los apoyos de ANA y JAL ayudaron a fortalecer el apoyo para un relajamiento de los estándares de certificación, en base a un examen de registros de reuniones del panel de asesores publicado por el Gobierno y comentarios de tres de los siete expertos que participaron.
ANA y JAL se negaron a responder, derivando las preguntas sobre los estándares de regulación a funcionarios de aviación y al ministerio. Boeing dijo en Tokio que no podía hacer comentarios inmediatos sobre los cambios de reglas.
"No bajamos nuestros estándares en comparación a otros países. Esto fue una revisión pragmática", dijo Tatsuyuki Shimazu, ingeniero de aeronavegabilidad en jefe de la Oficina de Aviación Civil.
Fuente: Reuters
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